¿Cuándo perder el miedo al ridículo?
Una de las primeras cosas que nos pasa cuando empezamos en el mundo de la comunicación y más en esta era digital es pensar que pudiéramos hacer el ridículo en nuestras actividades, publicaciones, áreas de acción o trabajo, es un estigma social que muchas veces nos fue inculcado en casa.
Algunas veces ha pasado por mi mente, justo hace poco con el “éxito” de Tik Tok me preguntaba si sería capaz de subir videos donde obviamente tuviera que salir a cuadro, la verdad, me dio mucha curiosidad imaginar que lo hiciera, y más allá de que lo realice o no, está el punto de a qué es lo que realmente le tenemos miedo, creo que ese es el meollo del asunto, que tanto tenemos la seguridad en nuestra persona.
Y justo ahí es donde empieza todo, no es necesario recibir la aprobación de nadie, a veces tampoco de nosotros mismos, pero es importante sentirnos cómodos.
En la era que estamos viviendo, no podemos estar aislados de lo que pasa a nuestro alrededor, hoy veo a mis amigos de la universidad que a veces no saben usar lo básico en temas online cuando desde mi punto vista por nuestra área de acción deberían estar al día, pero no es así y tampoco están mal.
Familiares cercanos, ni siquiera tienen redes sociales y les juro que son muy felices sin ellas, sin la exposición social. Muchas veces los aplaudo.
Estar de un lado o el otro no es ningún pecado, al contrario, cada quien define que está bien en su vida, por qué y cómo.
Yo decidí por el mundo digital y muchas veces me veo rebasada, pero eso no me ha quitado las ganas de aprender y sobre todo de pasar el poco conocimiento que tengo a otras personas.
Perder el miedo al ridículo depende de uno y es una decisión tipo adoptar una mascota o no, casarse o no, tener hijos o no… recuerden cada quien le da el valor a las cosas y las personas y ésta sin duda es una de ellas.
Los invito a seguir compartiendo ideas e historias, aquí será un medio para brindarles un poco de lo que sé y creo…